El desplazamiento activo al colegio, es decir, caminar o montar en bicicleta, se conoce como una posible vía para aumentar la actividad física diaria de los más jóvenes, proporcionando una alternativa a las formas de actividad física más tradicionales, como el deporte o el ejercicio. El transporte escolar activo se ha propuesto como una estrategia interesante para aumentar la actividad física diaria en los jóvenes, con el beneficio adicional de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes.
A pesar de los beneficios demostrados por este comportamiento saludable, los estudios longitudinales realizados en las últimas décadas han mostrado una disminución en las tasas de transporte activo principalmente debido a barreras como la distancia desde el hogar a la escuela o las decisiones familiares.
En 2011, una revisión sistemática de 14 estudios de intervención para promover este comportamiento concluyó que se deben de realizar más investigaciones para evaluar más las intervenciones y determinar las estrategias más exitosas para aumentar el transporte activo a la escuela. En consecuencia, investigadores de la Universidad de Granada, en colaboración con el Departamento de Epidemiología de la Universidad de Carolina del Norte (EE. UU.), llevaron a cabo una actualización de esta revisión anterior publicada en 2011 por Chillón y col, publicando la revisión en la revista Preventive Medicine, una revista académica internacional que publica artículos originales sobre la ciencia y la práctica de la prevención de enfermedades, la promoción de la salud y la formulación de políticas de salud pública
Los investigadores concluyen que la mayoría de los estudios de intervención (21/23) que versan sobre la promoción del desplazamiento activo al centro educativo indicaron una baja calidad en la metodología del estudio, así como un tamaño del efecto bajo. Estel estudio de revisión sistemática puede ayudar a los investigadores y profesionales que deseen crear estrategias futuras para promover este comportamiento y comprender los efectos de los programas de intervención en los niños que utilizan el transporte activo a la escuela.
Este artículo está firmado por UGR, los investigadores Emilio Villa-González, Yaira Barranco Ruiz y Palma Chillón (autor principal), además de Kelly Evenson, de la Universidad de Carolina del Norte.